El cordón del plata visto desde Las Vegas, Potrerillos. |
observo tu belleza infinita.
El verde de arbustos prepotentes,
el sol, entre el gris de tus piedras,
de óxido de hierro el rojo,
y el marrón de tu seca tierra.
Sentada en el declive de tu arrogancia
veo los pliegues de luces y sombras
de estas montañas sin elegancia
que a la fuerza y con afán se empeñan
en albergar sauces, cardos, cortaderas
y altos álamos que el viento frenan.
El atropello de tu carácter, inefable,
burla sequías con rápidos voraces
que lloran historia de traición y conquista,
de libertad y hermandad,
de hombres con pasión e iniciativa,
con coraje y sangre altruista
Adentrados en las nubes
de tus eternos picos nevados,
afloran tus venas, veloces como fieras.
Y con su caudal de lágrimas
riegan y alimentan el valle orgulloso
de esta costilla furiosa de la cordillera.