domingo, 8 de marzo de 2009

CRONICA DE UN DIA

Mi pequeño homenaje para las mujeres de hoy
(Basado en una historia real)

Viernes, 6:20. Despertador. Rutina de la mañana. Baño. Dientes. Secador de pelo. Ropa. Cambio de cartera. Agua para el mate. Taper para la oficina. Collar, aros. El primer mate, para ella. Tostadas. Zapatos. Primer intento por despertar al hijo mayor. Segundo mate, para ella. Cambio de cartera, para que combine con los zapatos. Tercer mate, para él: “dale… son las 7”. Tercer intento por despertar al hijo mayor. Cuarto mate, para ella. Dormido y a upa, el hijo mayor al baño. Se despierta el hijo menor: “cielo, dale que me estoy yendo”. El mayor, dormido y en pijama en el sillón. El bebé llorando y en brazos. Él, poniéndole el uniforme al mayor. Ella paseando al menor. Quinto mate, para ella. El menor a upa de él. Ella le dá el desayuno al mayor y se va, angustiada, escuchando el llanto del bebé.

Viernes, 7:20. Tren. El de y veinte no viene, toma el de y media. Lleno. Parada, apretada, esquivando las gotas de condensación del aire acondicionado. Si, las que caen adentro del vagón. Retiro… corriendo a la parada del 143… No llega, se va… “Ok, ok… tomemos el 20”, piensa. Camina dos cuadras. Toma el 20 y por el costado derecho pasa, vacío, otro 143.

Viernes, 8:05. Parada del 20, llegando a la oficina. Ella: “Bajás?”. El que estaba en la puerta, con aliento a vino de la mañana: “no, mamita… pasá…”. Ella: “demasiado joven, pelotudo para ser tu vieja… Correte y dejá bajar”.

Viernes, 9:50. Monólogo del jefe reclamando algo que ella había hecho hace 3 años y que él, no se había enterado. Sí, 3 años.

Viernes, 11:00. Reunión. Composición tema: el viejo proyecto que lleva 6 años en desarrollo y que siempre está por ponerse en producción.

Viernes, 13:00. Sigue la reunión. El tema no dá para más. Ella tiene hambre. Desayunó a las 7. Tiene hambre, ya no escucha, se siente mal. No hay café. Quiere comer.

Viernes, 14:00. Terminó la reunión. Se tiene que ir temprano. La señora que cuida a los chicos tiene médico. No se puede ir sin comer. Se siente mal. Come rápido. Ahora se siente peor.

Viernes, 15:00. Toma el 33 a Retiro. Es el cumpleaños de la cuñada de ella. Acordaron con el marido de ella que le regalarían un libro de Maitena. Ella lo podría comprar en la librería de la estación. Retiro. Es tarde. La señora que cuida a los chicos tiene médico. Piensa que puede comprarlo después, cerca de su casa. No sale el tren. Nadie informa por qué.

Viernes, 15:45. Es tarde. La señora que cuida a los chicos tiene médico. Aún no sale el tren. Le avisa al marido. El no la puede reemplazar, está en una reunión de trabajo. Listo. Ella llega tarde. La señora que cuida a los chicos, también.

Viernes, 16:10. Es el cumpleaños de la cuñada de ella. Ella se quiere depilar, pero en la obra de al lado, estuvieron con la rotopercutora calando la medianera y hay 2 cm de polvo de ladrillo en todo el piso del living y el balcón. Ok. Cambio de planes. Ropa de fajina. El hijo mayor: “mami… puedo jugar con la arcilla?” Y sí, ella se lo prometió. Bueno… listo. El nene con la arcilla, ella con el trapo y el bebé, un poco con la arcilla, otro poco con el balde y, cuando puede, la arcilla en el balde.

Viernes, 17:00. La merienda. El agua para el mate. La mamadera en el microondas. La chocolatada en el vaso de Cars con bombilla. “Chicos, la leche”. El mayor: “A mí primero”. El menor: “bua, bua, bua”. Ella: “bueno, no hay problema, les doy a los dos juntos”. El menor a upa, el mayor a la derecha. En una mano la mamadera, en la otra el vaso de Cars.

Viernes, 18:10. Llega el marido de ella. Ella: “menos mal que llegaste, necesito ir al baño… Largo…” Ella en el baño, apenas sentada en el inodoro… “Mamiiiiiiii… piiiiiiiiiis... No aguantoooooooo". Ella: "bueno, pasá..."

Viernes, 18:12. Ella en el baño... Portero eléctrico... El marido de ella: "tengo que bajar... qué hago con el chiquito?" Ella: "Ya salgo... Ni cagar se puede hoy..."

Viernes, 18:20. Ella llama a su madre: "vieja, mañana estoy sola con los nenes... Te querés venir que no nos vimos en dos semanas y de paso me ayudás a cocinar para el cumple del nene?" La madre de ella: "Me gustaría, pero bla, bla, bla, bla..."

Viernes, 19:00. Es el cumpleaños de la cuñada de ella, dijimos. Ella iba a comprar un libro en Retiro. Pero se le hizo tarde, también dijimos. El marido de ella: No te preocupes, vamos a la sucursal de Cabildo y Juramento. Los chicos colaboran, guardan la arcilla, los juguetes. Se cambian de ropa y salen apurados. El hijo menor se engancha en la cintura del pantalón y sale 'volando' el botón. No importa, la remera es larga. Vamos.

Viernes, 19:30. Librería. Ella le pregunta al vendedor: "Tenés algo de Maitena?" El vendedor: "Todo agotado... Por el día de la mujer, viste... A ver... Me fijo el stock en la computadora... Mirá... queda sólo uno en la sucursal de Retiro". Ella se dá vuelta como para irse pateando las estanterías y ahí, negrito, solito, la saluda un libro. Ese que busca desde hace tiempo... "Las venas abiertas de América Latina". Ese que una vez prestó y no recuperó. El de la lucha de otros tiempos, de todos los tiempos. Mira para afuera y ve a la familia en el auto, la que le da sentido a su vida. Por la que lucha hoy y todos los días.

Viernes, 19:45. Ella agarra el libro, no pregunta cuanto cuesta, paga y se va. Se va contenta, a compartir el resto del día con su familia, con cara de MUJER.

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