jueves, 25 de marzo de 2010

Memoria. Justicia. Verdad.



Dicen por ahí, los que saben mucho, que las palabras, entendidas como signo, como imagen acústica refieren a un concepto, una imagen que, en el plano mental reemplaza ese signo por el concepto al que se lo asocia.
Esta asociación nos permite decir “mesa” y que todos aquellos que hablamos el mismo idioma sepamos a qué se refiere ese concepto. En el mismo sentido, es complicado que alguien, desde el discurso, pueda hacernos creer que algo que llamamos “mesa” se refiere al concepto que tenemos internalizado como “silla”.
Pero qué pasa cuando no hablamos de objetos tangibles, cuando los signos lingüísticos se refieren a imágenes abstractas, a ideas, a conceptos en sí mismos?
En esos casos hay una definición que brinda el diccionario, un postulado asociado al significante, casi como un axioma, que tomamos como significado.
Esa definición entonces, hace que todos aquellos que hablamos el mismo idioma sepamos a qué se refiere ese concepto. Pero, a diferencia del caso anterior, no es tan complicado que alguien, desde el discurso, pueda hacernos creer que algo que yo llamo “oportunismo” se refiere al concepto que tenemos internalizado como “memoria”, que la “arbitrariedad” es “Justicia” y que la “hipocresía” es “Verdad”.
Con mucha bronca estuve escuchando discursos varios estos días sobre el 24 de marzo. Si es un día para festejar o para conmemorar. Si debe ser feriado o no. Si siendo feriado se tiene que pasar al lunes o al viernes, bla bla bla. Eso en cuanto a la fecha, pero qué se supone que es el 24 de marzo?
Y ahí la bronca pasa a ser indignación. Es el día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Y se llenan la boca por los signos, los repiten y le ponen solemnidad al tono y la voz entrecortada en la oratoria.
Resulta ser que ahora son abanderados de la justicia quienes en 1983 apoyaban la fórmula Luder-Bittel que pensaba mantener la ley de autoamnistía de los militares.
Resulta ser que ahora son paladines de la verdad quienes en 1989 y 1990 (si la memoria no me falla) seguían fielmente al entonces presidente Menem que indultaba a militares y miembros de organizaciones armadas juzgados y presos según la ley en democracia.
Escucho los discursos y empiezo a inquietarme por la mutabilidad del signo. Temo que ahora Memoria sea algo diferente. Siento que las cosas terribles que nos pasaron sirven de herramienta de Marketing del poder, que los Derechos Humanos son simplemente un instrumento de arenga popular, que se constituyen en un panegírico hacia los dueños del desconsuelo.
Y entonces la indignación me dá vergüenza. No sé cómo vamos a explicarle a las generaciones que nacieron en democracia qué es el 24 de marzo. No me gusta cómo se van sucediendo los hechos, cómo se usa el dolor, cómo se aprovechan del NUNCA MAS. Ojalá que la diacrónica del lenguaje tenga una mejor evolución en lo que al significado de estos términos se refiere.

1 comentario:

  1. Es muy lamentable en lo que se ha transformado ese dia, en un dia de manifestacion politica y partidaria.

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"Quien escribe es escritor sólo si ha encontrado quien lo lea."
Gracias por leer y comentar!!